Sobre la Innovación, Parte 2

Continuando con el tema de la innovación, tome de mi biblioteca un libro de Scott MythOfInnovationBookBerkum, Los mitos de la innovación.

El mito de la epifanía

El primer mito que anota Berkum refiere al mito de la epifanía, en su acepción no religiosa, la repentina revelación de comprender la esencia de algo, su significado o, me animo a agregar, la solución a un problema complejo.

Me permito, en estas breves notas, elegir mis propios títulos y deformaciones mientras leo a Berkum.

Organizo estas notas en las siguientes secciones:

  • Newton y la manzana suicida
  • Arquimedes, Eureka y salir corriendo desnudo
  • Darwin nunca tuvo un momento «Eureka»
  • La soledad de las ideas

Newton y la manzana suicida

A Newton nunca le cayo una manzana en el marote. Es un mito conveniente, sustituto del trabajo duro, el sacrificio, la dedicación y, desde luego, en el caso de Newton la inteligencia. A Newton le llevo 20 años formalizar matemáticamente la gravedad, entre otras cosas; Antes de Newton las cosas no se caían al piso.

Arquimedes, Eureka y correr desnudo por la calle

La leyenda, aparece en los libros de Vitruvio, el arquitecto romano que inmortalizo Leonardo. El rey le engargo a Arquimedes que determinara si un regalo (una corona) que había recibido era de oro puro o no.

Mientras Arquimedes iba a pegarse una enjuagada en su bañera, observo como se desplazaba el agua mientras su cuerpo entraba en la misma. De modo que,
sabiendo el volumen y peso, Arquimedes pensó que podía calcular la densidad de un objeto. Con esta idea en mente, podría determinar si el objeto era de oro puro o no.
Arquimedes, no tuvo otra ocurrencia que salir corriendo desnudo por la calle gritando «Eureka», un espectáculo que debe haber sido digno de verse.

Charles Darwin nunca tuvo un momento Eureka

La ocurrencia del «algoritmo» de Darwin es mencionada, segun el autor Steven Johnson, en su autobiografia. Howard Gruber descubrió que las ideas llevaban mucho tiempo gestándose en la cabeza del biólogo ingles.

La observación que sigue me parece por demás interesante: Es fácil caer en la tentación de leer lo que otros han logrado, deformado por los mitos, e intentar hacer lo mismo en un conjunto de circunstancias totalmente diferentes.

Otra forma de ver la epifania es como colocar la ultima pieza de un puzzle. La ultima pieza no tiene ninguna diferencia con las demás, ni ninguna magia en particular mas allá de la recompensa de poder ver el puzzle completo.

Como sea, la analogía anterior tiene, al menos, un problema con respecto a la innovación. A diferencia de armar un puzzle no se puede predecir el resultado final.

La soledad de las ideas

Berkum anota, el teclado en el que escribe contiene docenas de ideas e innovaciones. Compuesto por plástico, circuitos, conectores, USB y datos binarios. Si elimináramos algunos de los elementos anteriores, el teclado simplemente no existiría. De modo que, el teclado, como todas las innovaciones es producto resultante de cosas (ideas, inventos, otras innovaciones) anteriores.

La idea anterior se puede aplicar a casi todo lo que conocemos, celulares, micro-ondas, GPS, lavaropa, etc.

A mi me gusta mas ejemplificarlo de otra manera. Para que exista Amazon, se necesita de la existencia del ISBN, el código de barras, la tarjeta de crédito, FedEx, la Internet y comprender la economía de la larga cola (Long Tail) que he descrito brevemente en este mismo blog.

 

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